martes, 5 de abril de 2011

Pedaleando por Madrid

Primer día de entrenamiento. ¡¡Guauuuu!! ¡¡Genial!! Han sido dos horitas a tope. Estoy un poco machacada, pero encantada porque me he dado cuenta que si voy a mi ritmo, sin apurarme, funciono mucho mejor, así es que me van a venir muy bien estos días haciendo solitarios con la bicicleta. Hoy me he ido por el Parque de las Avenidas, que hay un trocito de carril bici, he subido la cuesta de la calle Alcalá en dirección a Manuel Becerra y de allí me he ido en busca del carril bici de la Calle O'Donnel, hasta el Retiro. He hecho dos veces el perímetro del parque madrileño y después he regresado por el mismo camino de ida. Importantísimo: No me he escaqueado de las cuestas. Eso en mí es una señal fantástica. Y es que aunque José me ha dicho que la ruta que vamos a hacer es muy planita, lo cierto es que en este país no hay planicie sin cuesta.

Al final mi chico se ha brindado a prestarme su bici para que no me gaste las pelas alquilando una, así es que no puedo opinar sobre las tiendas que alquilan bicicletas, lo haré cuando surja la ocasión.

Lo cierto es que hoy me he encontrado muy bien y he tenido la sensación de que ya empezaba a calentar motores para el viaje de Portugal. Lo bueno del entrenamiento es que también te das cuenta de las cosas que pueden ser necesarias. Así es que, a la lista que hizo Josito añado yo: protector solar, hidratante, calzado ligero (p.e. mis zapatillas chinas) para después de la bici, un pantalón también ligero para lo mismo, aceite para masaje, algo de botiquín, como tiritas, betadine y gasa, algo por si hace frío (p.e. un jersey de lana no muy grande), chubasquero y bañador. Lo del bañador para mí es casi tan imprescindible como la ropa interior porque yo en cuanto sudo, y en la bici sudo seguro, me entran unas ganas tremendas de tirarme al primer charco que encuentre. Además vamos a viajar en paralelo al mar, así es que, a poco que no diluvie, seguro que nos va a apetecer un bañito.

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